Todos los finales se parecen un poco. La diferencia es que este no es un final de verdad. Es un punto y seguido. Con mucho calor. Algún lumbrera se inventó que aquí el calor era seco, pero es mentira. O tal vez no y solo es que no soy apta para soportar la sequedad madrileña. Con resaca de kartofel y tortelini, he caído en la cuenta de que al final, todos los finales son igual. O parecidos.
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a ver, princesa, dime...