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Gigantes en Castilla

sexta-feira, 6 de setembro de 2013

Limpieza de borradores parte VII

Era la tercera pastilla para la cabeza que se tomaba en menos de dos horas. Sentía el latido del corazón en las sienes, apenas podía mover el cuello y sus ojos no eran capaces de enfocar ninguno de los objetos de la habitación, ahora impoluta, en otros tiempos, caótica. Se había acostumbrado a vivir en la buhardilla de Diógenes con libros, ropa, cucharas, papeles, colillas y polvo por todos lados y toda aquella pulcritud le causaba una sensación de desasosiego, un desconcertante nudo en el estómago que rozaba por momentos la náusea.
La verdad es que en Lisboa, vivíamos en la mierda. Y nos gustaba.

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a ver, princesa, dime...