Andrea se vuelve a ir, como lo ha hecho mil veces. Y yo he vuelto a casa... de momento.La lluvia que salpica sonora y pesadamente el cristal de la ventana de la biblioteca de teleco no me ayuda ni a concentrarme ni a inspirarme. En realidad no queda mucho más por decir. Ha sido el año de después, a caballo entre Lisboa (y Polonia y Alemania) y Vigo. Parece que nos ha costado meses aclimatarnos... y ya nos tenemos que volver a ir, mi princesa.Creo que ya te he hablado sobre Andrea, la de económicos (recuérdame siempre así... llena de ira homicida), pero hoy te presento a Andrea, la de Lisboa. Y no me refiero a ella como la de Lisboa por el incipiente vello supralabial que nos gastábamos en ocasiones.
Molinos
Gigantes en Castilla
quarta-feira, 11 de setembro de 2013
Limpieza de borradores parte VIII
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a ver, princesa, dime...