Molinos
Gigantes en Castilla
Limpieza de borradores parte XII
Aquella mañana se despertó perezoso. Se incorporó lentamente y se vio sumido en el caos total y absoluto. Un ritmo reggae lo sumergía todavía más en su propia mierda. Una manzana a medio comer, ya amarilla. Un bol de cereales con restos de leche y ceniza de un pitillo. Una pila de libros por leer. Legajos d por todos lados, facturas. Un cenicero a rebosar.
Otra vez lunes, pensó.
Eran las doce y media y la noche anterior había trasnochado.
LA-MIERDA
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a ver, princesa, dime...