En casa de la abuela, donde las cocina sigue siendo de hierro y los lavavajillas siguen siendo los nietos. Atareados como chinos en la ceremonia de inauguración de los Juegos en hacer y deshacer café para veinte personas, ni nos dimos cuenta de que no estábamos haciendo la digestión. Y ahora viene lo duro, y nunca mejor dicho. Porque la hazaña para expulsar los tres platazos de paella y la carne asada con patatitas fritas que nos metimos entre pecho y espalda va a ser épica. Sin contar el queso, la larpeira, los pasteles de Nieves, aquel pastel grande como un mundo y el bizcocho que buenamente hizo la abuela a primera hora de la mañana, por se non era dabondo.
Así que celebramos las cuarenta y tres primaveras de mamá al estilo de toda vida, lo que incluye sexagenarios jugando al tute o discutiendo si mengano o citrano era del 40 o del 41, mujeres comentando el espectáculo que dieron las de Sabediosdonde cuando se les marchó el cura a Sabecristodonde y, sobre todo, grandes enchentes.
Si ya lo decía Miguel Lago
Q cumpla muxos más Estrella e a ti, q aprobxe. :D Ai q duro es estudiar en Septiembre.Bicos Licuada
ResponderEliminar