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Gigantes en Castilla

quarta-feira, 21 de agosto de 2013

Otra vez, las pequeñas cosas

Llevaba más de cinco meses sin sentarme delante de la pantalla de publicación de Blogger. Cuando tu diario relata lo que pasa por tu mente corres el riesgo de que por tu mollera dejen de pasear pensamientos que merezcan la pena sacar. En realidad todos son baladíes, pues esto se ha convertido en una expresión superlativa de un ego. 
Siempre he sido de la opinión de que veneramos (la gente así como masa crítica y criticable) a los artistas equivocados. 
No me malinterpretes, esto NO es producto de mi reciente conversión al modernismo ilustrado contemporáneo abanderado por la música de Love of Lesbian o Lori Meyers; en mi lista de reproducción de cabecera sigue estando Rosendo, Extremoduro, Iggy Pop o, por qué no decirlo, Celia Cruz (todo muy ecléctico, que es lo que se lleva). 
No me gusta más grupo de música, director de cine o encantador de zarigüeyas cuanto más novedoso. 

Drácula Ye-Yé
No creo que porque a alguien no lo conozcan ni en su puta casa a la hora de comer sea más críptico que el cerebro de una mujer para un tronista debe necesariamente ser más digno de reconocimiento. Sigo disfrutando con Tarantino. 
Aunque supongo que he aprendido a disfrutar de otras cosas. 
'Todo lo que pierdes de ti por ser parte de alguien'

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a ver, princesa, dime...